Por qué leer? Porque conmueve, porque acierta a tocar algo profundo e irrenunciable de uno mismo. Pero la pura conmoción ante la belleza, puede ser también sentirse alcanzada por las dimensiones de lo humano, que nos hace vivencialmente conscientes de nuestra vinculación y solidaridad con nuestros semejantes. Y, si en un mismo libro, en un mismo relato, nos alcanzan a la vez la conmoción ante lo humano y la conmoción ante la belleza, la experiencia es completa. Beatriz G.G.
domingo, 18 de octubre de 2009
Alfredo Bryce Echenique
Reconocido como uno de los mayores narradores peruanos de la actualidad, Alfredo Bryce (Lima, 1939) ha hecho de Lima, los limeños y sus peculiares convenciones sociales el tema principal de toda su obra. Y si bien en sus libros, siempre escritos con un manejo del lenguaje y sentido del humor sumamente personales, podemos encontrar personajes de toda extracción social, los protagonistas han pertenecido casi siempre a la vieja aristocracia, como en su primera novela Un mundo para Julius (1970) que fue elegida en una reciente encuesta entre escritores e intelectuales como la novela peruana más importante de todos los tiempos.
Una parte importante de la obra de Bryce está constituida por novelas como La vida exagerada de Martín Romaña (1981) o El hombre que hablaba de Octavia de Cádiz (1985), en las que la trama gira en torno a las divertidas e insólitas peripecias europeas de un escritor o profesor limeño, un evidente alter ego del autor. A ese ciclo pertenecen la mayoría de los libros que aquí se comentan, a los que se suman algunos de sus también valiosos libros de crónicas.
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